Mira mi rap sin normas, cierra libre, libretas
para alcanzar mi verdad, para obtener respuestas,
para hacerles soñar con otro mundo que es posible.
Ya no sirve llorar, sonrisas son mi combustible, ya no sirve implorar, hay que luchar sin armas. Hay que elevar el alma y sufrir contra su cruel espada, debes sobrevivir para aprender y enseñar,
para sellar un pacto con tu sangre y poder soñar.
Desde mi cumbre, al pie de aquella oscura montaña,
a la sombra de la vieja España, de este mundo tan lugubre sin soledad, al este de un gobierno sin piedad que apesta, desde mi lealtad junto a mi grupo que os infecta. Vine a inyectar mi suero, rimas de acero entre oro, entre lloros. Vine a gritarte, un micro es mi consuelo aún sin aforos,
allá fuera me esperan y no defraudo, me mantengo a buen recaudo y aplaudo a los que se esmeran, y mi corazón restaurom es mi espiral sin cera.
Mi esfera informal que un nuevo informe os libera,
hombres de bien en la ciudad, viendo un edén entre tinieblas. Son sólo hombres de paz viviendo en una tierra en guerras, clávame a tu cruz, harás libre mi espíritu, es lo único que queda cuando todo está perdido; rectitud. Aprende a ser feliz, sé feliz aprendiendo, defiende lo que te haga sentir y nunca tengas miedo.
Confía en tu guía más fiel, en tu corazón, y utiliza tu mente en cada acción para ser mejor.
Piensa en los días que vienen y en los que se fueron, piensa que a la luz de aquel fuego se consumieron o se unieron. Somos un todo con distinto método, somos un mismo éxodo, dispuesto hallar un modo. Somos oro que camina entre lodo,
y cuando somos dos, nuestro tesoro nos evade y nos hace huir del lodo.
Soy un ave que voló entre recuerdos a ras de suelo,
que volvió cada noche, sobre un cuaderno sin reproches duermo. Con el cuerpo cansado y mi mente sueña, sigo esperando una señal entre tanta estrella. Es la esperanza que nació de no esperar nunca nada, son bocanadas del dragón de mi interior junto a mi almohada.
Cada nombre es un reino, cada verbo una historia, cada canción otra victoria en cada convocatoria y son diarias. Levantarse es vivir una aventura de nunca encontrarse, de buscarse hasta el fin y luego acostarse. Pero debes cumplir esas normas, aunque no las creas, mañana ha de subir la marea y quizás no vuelvas.
Tomado de AlbumCancionYLetra.com
Escucha, es la voz del viento, el último suspiro y sin aliento. Es mi lucha, un veloz intento. Sabes que es lo malo de estar leyendo tanto, que tu manto cubre el cielo y veo imágenes de espanto.
Escucha, es la voz del viento, el último suspiro y sin aliento. Es mi lucha, un veloz intento.
Acaricio aquella flor con espinas, y duele tanto,
que sabes que al final todo termina, siempre en llanto.