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Estoy dormido en el fondo de la lluvia
sin rencor en el oído
que haga dinámico mi bienestar.
Desnudo camino por el bosque
en mañana de cigarras epilépticas,
y lloro las lágrimas,
lloro las lágrimas,
lloro las lágrimas,
por las que quisiera que navegara
tu barquito de candelabro.
Y el mediodía es un salto a un pozo,
y quiero morir,
quiero morir,
quiero morir,
quiero morir,
quiero morir,
quiero morir,
quiero morir,
quiero morir,
quiero morir...
pero no sé hacerlo solo.
Por el paseo de castaños
paseaban los enamorados
besando el horizonte del alma,
sin saber que el amor nace,
envejece y muere de espaldas a ellos
y a traición,
y a traición,
y a traición,
a traición,
a traición,
a traición,
a traición,
a traición,
a traición,
a traición,
a traición,
a traición,
a traición,
a traición,
a traición...