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Cuando la copa de los sueños
está vacía,
y miles de abejas jugando en las tripas me roban las noches.
No me dejes sólo,
que ahora soy tan pequeño,
y cuando despierto de una pesadilla,
nada cambia,
todo sigue igual.
Abrázame, abrázame,
y no me digas nada.
Que esta tristeza no me abandona,
y este miedo duele más.
Abrázame, abrázame,
y no me digas nada.
Que esta tristeza no me abandona,
y este miedo duele más.
Abrázame, abrázame....
Como una noche
de invierno en Noruega,
un manto de escarcha,
un corazón desnudo,
tortura de vida.
No me dejes sólo,
que ahora soy tan pequeño,
y cuando despierto de una pesadilla,
nada cambia,
todo sigue igual.