Se despertó y dio cuerda al reloj,
dadle un respiro para que la pobre pueda descansar.
Es noche oscura, hay niebla densa y ella se orienta mal,
pero es ya rutina el camino que la acerca hasta el bar
y si nada para sus pasos hasta allí llegará.
El humo irrita y acentúa ojeras en Isabel.
Marta, entre atenta y paciente escucha a don soledad.
Oye, tengo la sensación de ser tu confesor,
al tiempo que escucho tus penas, alivio tu dolor,
pero de mi, ¿quién se ocupa de mi?
resulta tan penoso que me ames y olvides después.
Tomado de AlbumCancionYLetra.com
La noche entró y su humedad hace que tiemble mi piel,
hoy, por una vez, quisiera oír palabras de buena fe.
Oye, yo te alquilo mi cuerpo y te alquilo mi ser,
pero lo que tú andas buscando no se puede comprar,
no lo podéis comprar.
Pero de mi, ¿quién se ocupa de mi?
resulta tan gracioso que me ames y olvides después.