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Esta es una historia como muchas otras mas, que contaba un abuelo a su nieto en la ciudad de Tenochtitlan.
Eramos un pueblo dedicado a trabajar no es que fueramos perfectos pero se vivia en paz.
La naturaleza nos enseñaba a vivir nos sentiamos hermanos dispuestos a compartir la racion de maiz si, si la racion de maiz. Llegaron unos hombres como en nuestra antigÜedad y creiamos que eran dioses que venian a ayudar.
Nos trataron como a perros con la excusa de enseñar casi nos exterminaron, los que vinieron del mar.
¡Ay Tenochtitlan, ay, ay, ay Tenochtitlan"!
Tu madre no pudo resistir la crueldad de unos hombres cuyo instinto nunca tuvo un animal.
Tu padre lucho y acabo envuelto en sangre y tu abuela mi mujer, cayo en manos de cobardes hay miseria y hambre si, si, hay miseria y hambre.
¡Ay Tenochtitlan, ay, ay, ay Tenochtitlan!
Llegaron unos hombres como en nuestra antigüedad y creiamos que eran dioses que venian a ayudar.
Nos trataron como a perros con la excusa de enseñar casi nos exterminaron, los que vinieron del mar.
¡Ay Tenochtitlan, ay, ay, ay Tenochtitlan!
Esta es una historia clavada como una espina que contaba un abuelo a su nieto en las ruinas de Tenochtitlan si,si, de Tenochtitlan.
¡Ay Tenochtitlan! ¡Ay, ay Tenochtitlan! hoy es Mexico Distrito Federal ¡Ay Tenochtitlan!
¡Ay, ay Tenochtitlan!.