En los bolsillos llevo el mar cercando el mundo,
como un cristal salado que siempre hay que mirar.
Y arriba las montañas cortadas contra el cielo,
como un perfil de sombras contra la soledad.
Y llenan mis bolsillos canciones que no canto,
el alma de esa gente morena como el sol,
y barcos en la noche, huidas y linternas,
la tinta desteñida de una carta de amor.
Nada al fin me pertenece,
pero viajan siempre ahí,
como luces de un pasado
en que no fui.
Nada al fin me pertenece,
pero viajan siempre ahí,
como sombras de un pasado
en que no fui.
En los bolsillos llevo fantasmas de mi abuelo,
Diez fotos del cincuenta y una guerra civil.
Sonido de tambores. El barro y los espejos
donde se contemplaron los rostros que no vi.
Y llenan mis bolsillos promesas de un futuro
nacido de un pasado cargado de dolor
mujeres contra el suelo, infancia frente a Cristo,
idiomas y banderas, la ira y el amor.
Tomado de AlbumCancionYLetra.com
Nada al fin me pertenece,
pero viajan siempre ahí,
como luces de un pasado
en que no fui.
Nada al fin me pertenece,
pero viajan siempre ahí,
como sombras de un pasado
en que no fui.