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3. la cruz de santiago
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Letra actual de la canción
no era el hombre más honesto <br />pero él... <br />era un hombre valiente y fiel <br />tampoco la piedad se cobijaba en él. <br /> <br />Malvivía, alquilando por tres maravedís <br />su espada y vizcaína en <br />ajustes de poco lustre y de peor fin. <br /> <br />Eran tiempos duros y había que buscarse el pan. <br />Reinaban la picaresca, la espada y el "voto a tal". <br /> <br />Brilla el acero en su mano, <br />perla su cara el sudor, <br />donde el mar no tiene dueño irá... <br />irá a buscar. <br /> <br />A su espalda, una sombra a pie <br />le seguía sin perder ningún detalle, <br />parecía aprender. <br /> <br />Su mirada reflejaba calma y paz. <br />su voz grave y familiar <br />relataba leyendas de la antigüedad. <br /> <br />Algo misterioso le envolvía, no dormía jamás, <br />cuentan que se alimentaba del relato popular. <br /> <br />Brilla la Cruz de Santiago <br />en su pecho, por el Sol <br />su rostro jamás descubrió <br />su nombre ocultó. <br /> <br />En el tejado del tiempo, <br />en el desván de los sueños <br />se ahoga una voz: <br />"no creas en todo lo que veas <br />sólo haz caso a tu intuición <br /> <br />y si albergas la duda <br />nunca hallarás consuelo en tu interior. <br />Lanza bien los dados <br />porque el juego del camino ha comenzado, <br /> <br />agudiza tu ingenio, <br />sírvete de mancias, <br />sírvete del tarot, <br />lee en el alma del bosque <br />y adivina dónde la muerte se escondió".
Letra nueva de la canción
no era el hombre más honesto <br />pero él... <br />era un hombre valiente y fiel <br />tampoco la piedad se cobijaba en él. <br /> <br />Malvivía, alquilando por tres maravedís <br />su espada y vizcaína en <br />ajustes de poco lustre y de peor fin. <br /> <br />Eran tiempos duros y había que buscarse el pan. <br />Reinaban la picaresca, la espada y el "voto a tal". <br /> <br />Brilla el acero en su mano, <br />perla su cara el sudor, <br />donde el mar no tiene dueño irá... <br />irá a buscar. <br /> <br />A su espalda, una sombra a pie <br />le seguía sin perder ningún detalle, <br />parecía aprender. <br /> <br />Su mirada reflejaba calma y paz. <br />su voz grave y familiar <br />relataba leyendas de la antigüedad. <br /> <br />Algo misterioso le envolvía, no dormía jamás, <br />cuentan que se alimentaba del relato popular. <br /> <br />Brilla la Cruz de Santiago <br />en su pecho, por el Sol <br />su rostro jamás descubrió <br />su nombre ocultó. <br /> <br />En el tejado del tiempo, <br />en el desván de los sueños <br />se ahoga una voz: <br />"no creas en todo lo que veas <br />sólo haz caso a tu intuición <br /> <br />y si albergas la duda <br />nunca hallarás consuelo en tu interior. <br />Lanza bien los dados <br />porque el juego del camino ha comenzado, <br /> <br />agudiza tu ingenio, <br />sírvete de mancias, <br />sírvete del tarot, <br />lee en el alma del bosque <br />y adivina dónde la muerte se escondió".
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