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Letra actual de la canción
Ciudades no descansan, siempre vigilan; se fuman mi humo, se comen mi mierda, algo me quitan. Ojos que ven, corazones que sienten; lugares subterráneos esconden a intérpretes. Ratas de local, bajo techo, planean la forma de seguir sonando bien en tu cadena. De esquina a esquina, de cabina en cabina. Marquesina con firma, así son avenidas. Ya sean lunas llenas o cuartos menguantes, no alteran mi nervio fácilmente alterable. <br /> <br />En noches, todo lo que en el día no luce, reluce ahora. Paredes dicen 'pintáme tu nombre y hazme diosa'. Tengo orden de momento de no morir en el intento. Eso es el ejercicio que ejerzo, si no, mi cuerpo será donado a la ciencia. Mi colección de discos en herencia, y en el aire mi esencia. Secretos guardan edificios que jamás verán la luz; polvos, atracos y una larga lista. Sólo cenicero y copa me acompañan en ésta hazaña; muerte acecha, no descansan guadañas. <br /> <br />En peores momentos, las mejores canciones; en peores guariches, los mejores cócteles; en peores locales, los mejores cortes; en peores conciertos no incluye a Violadores. Son una y mil historias sobre aceras, que sobreviven a lo largo del tiempo y ahí quedan. Marcas imborrables pasen los años que pasen, y ocurrió en las calles, ocurrió en las calles. <br /> <br />La ciudad nunca duerme, la ciudad nunca duerme, la ciudad nunca duerme. La ciudad nunca duerme, y siempre hay un sitio donde estamos y un sitio donde estáis. <br /> <br />La ciudad nunca duerme, y las calles están llenas de borrachos gritando, algunas tías se quedan mirando; sentadas en la acera, bebiéndose unos litros calientes, con pelo largo y pendientes, Yo voy con El Rumba con El Lírico y El Hate, y con más colegas de ley. The big kids don't play. No importa litros o cubatas, marcas o matarratas, <br />acá las cataratas bajan baratas. Ajá. <br /> <br />Un beso en la mejilla y un abrazo. Eres mucho menos hombre cuando vas borracho. Lejos de dañarme, sus palabras me incitaron a acercarme hasta la barra pa' pedirme un pelotazo. Ves, que a decir verdad, es fantástico vivir en éste puto cementerio de sueños-ciudad. Días largos suficientemente buenos. Pido días largos suficientemente buenos. Me meo fuera con los ojos cerrados, en los lavabos encontré dos abogados drogados. Mi demencia y mi conciencia, y yo hablando sólo con los tres. Propuse hacer las paces, ya ves. <br /> <br />Asumo mi alcoholismo. Soy felíz sin él, pero con él me conozco más a mí mismo y me quiero. Vivo como si la muerte no existiera, pero no sé lo que haría si uno de éstos se muriera. Salgo pa' fuera y ya se ha hecho de día, y los borrachos como yo piden al sol misericordia. El camión de la basura se ha olvidao de recogerme. El 32 no pasa, y la ciudad nunca duerme. <br /> <br />Agradecer un nuevo amanecer borracho, con la impresión de estar en medio de ningún dónde. Agradecer un nuevo amanecer borracho, con la impresión de estar en medio de ningún dónde. <br /> <br />La ciudad nunca duerme, la ciudad nunca duerme, la ciudad nunca duerme. La ciudad nunca duerme, y siempre hay un sitio donde estamos y un sitio donde estáis. <br /> <br />Si vuelvo a reconciliarme con el mundo de nuevo, <br />esconderé mi arma; no, no, no, mi alma. No me importa si hay vida en Marte, o si París arde, ésta noche llegaremos tarde. La ciudad nunca duerme, todavía funcionan los semáforos, las esquinas y los bares. No busco pasaporte. Perdido en la ciudad, sin brújula que me indique el norte. <br />Las estrellas están desordenadas, me deslizo por avenidas sin coordenadas a éste rincón de España, <br />donde no limpian las telas de araña. Y así otra noche de éste fantasma, entre fantasmas más soplones de la pasma. <br /> <br />Las calles me miran con disimulo, yo así es como ando, sonrío de vez en cuando. Tormentas en la ciudad, mientras antes de las doce escapan cenicientas. A qué mujer le falta un zapato de ésta talla, a quién sino a mí me corresponde ésta medalla. No es tan difícil saciar mis caprichos, ni soportar mis manías, no, nena. Yo me distingo, supe entretenerme con un pingo, a mí no me aburrirá un domingo. Tantos tipos en la calle coinciden en que haga público éste crimen <br />para que no me olviden. Que la ciudad nunca duerme por tener la obligación de aguantarme, y el agujero donde meterme. <br /> <br />La ciudad nunca duerme, la ciudad nunca duerme, la ciudad nunca duerme. La ciudad nunca duerme, y siempre hay un sitio donde estamos y un sitio donde estáis.
Letra nueva de la canción
Ciudades no descansan, siempre vigilan; se fuman mi humo, se comen mi mierda, algo me quitan. Ojos que ven, corazones que sienten; lugares subterráneos esconden a intérpretes. Ratas de local, bajo techo, planean la forma de seguir sonando bien en tu cadena. De esquina a esquina, de cabina en cabina. Marquesina con firma, así son avenidas. Ya sean lunas llenas o cuartos menguantes, no alteran mi nervio fácilmente alterable. <br /> <br />En noches, todo lo que en el día no luce, reluce ahora. Paredes dicen 'pintáme tu nombre y hazme diosa'. Tengo orden de momento de no morir en el intento. Eso es el ejercicio que ejerzo, si no, mi cuerpo será donado a la ciencia. Mi colección de discos en herencia, y en el aire mi esencia. Secretos guardan edificios que jamás verán la luz; polvos, atracos y una larga lista. Sólo cenicero y copa me acompañan en ésta hazaña; muerte acecha, no descansan guadañas. <br /> <br />En peores momentos, las mejores canciones; en peores guariches, los mejores cócteles; en peores locales, los mejores cortes; en peores conciertos no incluye a Violadores. Son una y mil historias sobre aceras, que sobreviven a lo largo del tiempo y ahí quedan. Marcas imborrables pasen los años que pasen, y ocurrió en las calles, ocurrió en las calles. <br /> <br />La ciudad nunca duerme, la ciudad nunca duerme, la ciudad nunca duerme. La ciudad nunca duerme, y siempre hay un sitio donde estamos y un sitio donde estáis. <br /> <br />La ciudad nunca duerme, y las calles están llenas de borrachos gritando, algunas tías se quedan mirando; sentadas en la acera, bebiéndose unos litros calientes, con pelo largo y pendientes, Yo voy con El Rumba con El Lírico y El Hate, y con más colegas de ley. The big kids don't play. No importa litros o cubatas, marcas o matarratas, <br />acá las cataratas bajan baratas. Ajá. <br /> <br />Un beso en la mejilla y un abrazo. Eres mucho menos hombre cuando vas borracho. Lejos de dañarme, sus palabras me incitaron a acercarme hasta la barra pa' pedirme un pelotazo. Ves, que a decir verdad, es fantástico vivir en éste puto cementerio de sueños-ciudad. Días largos suficientemente buenos. Pido días largos suficientemente buenos. Me meo fuera con los ojos cerrados, en los lavabos encontré dos abogados drogados. Mi demencia y mi conciencia, y yo hablando sólo con los tres. Propuse hacer las paces, ya ves. <br /> <br />Asumo mi alcoholismo. Soy felíz sin él, pero con él me conozco más a mí mismo y me quiero. Vivo como si la muerte no existiera, pero no sé lo que haría si uno de éstos se muriera. Salgo pa' fuera y ya se ha hecho de día, y los borrachos como yo piden al sol misericordia. El camión de la basura se ha olvidao de recogerme. El 32 no pasa, y la ciudad nunca duerme. <br /> <br />Agradecer un nuevo amanecer borracho, con la impresión de estar en medio de ningún dónde. Agradecer un nuevo amanecer borracho, con la impresión de estar en medio de ningún dónde. <br /> <br />La ciudad nunca duerme, la ciudad nunca duerme, la ciudad nunca duerme. La ciudad nunca duerme, y siempre hay un sitio donde estamos y un sitio donde estáis. <br /> <br />Si vuelvo a reconciliarme con el mundo de nuevo, <br />esconderé mi arma; no, no, no, mi alma. No me importa si hay vida en Marte, o si París arde, ésta noche llegaremos tarde. La ciudad nunca duerme, todavía funcionan los semáforos, las esquinas y los bares. No busco pasaporte. Perdido en la ciudad, sin brújula que me indique el norte. <br />Las estrellas están desordenadas, me deslizo por avenidas sin coordenadas a éste rincón de España, <br />donde no limpian las telas de araña. Y así otra noche de éste fantasma, entre fantasmas más soplones de la pasma. <br /> <br />Las calles me miran con disimulo, yo así es como ando, sonrío de vez en cuando. Tormentas en la ciudad, mientras antes de las doce escapan cenicientas. A qué mujer le falta un zapato de ésta talla, a quién sino a mí me corresponde ésta medalla. No es tan difícil saciar mis caprichos, ni soportar mis manías, no, nena. Yo me distingo, supe entretenerme con un pingo, a mí no me aburrirá un domingo. Tantos tipos en la calle coinciden en que haga público éste crimen <br />para que no me olviden. Que la ciudad nunca duerme por tener la obligación de aguantarme, y el agujero donde meterme. <br /> <br />La ciudad nunca duerme, la ciudad nunca duerme, la ciudad nunca duerme. La ciudad nunca duerme, y siempre hay un sitio donde estamos y un sitio donde estáis.
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