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Se acabó ya nuestra suerte,
nena, creo que el blues no es para ti,
tú ya sabías que yo era un poco borracho
y que tocando era feliz.
Por favor, a ver si entiendes,
yo sólo sé vivir así,
el diablo me cogió y me abandonó la suerte
como me abandonaste a mí.
Nada puedo hacer
ahora que ya estás a mil kilómetros de aquí;
y, si un día tú te atreves a quererme,
yo te estaré esperando aquí.
Nada puedo hacer
ahora que ya estás a mil kilómetros de aquí;
y, si un día tú te atreves a quererme,
yo te estaré esperando aquí;
yo te estaré esperando aquí,
yo te estaré esperando aquí.