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Al filo de media noche,
los ángeles van al portal,
sus arpas eran doradas,
sus voces fino cristal.
Resuena en la noche obscura,
el eco de su cantar,
la paz de Dios con los hombres
de buena voluntad.
La Virgen llora gozosa,
sonríe el casto José.
Al niño estampan un beso,
y el niño ríe también