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Sabe Dios lo que pensaba
en aquella triste noche
junto al altar de la iglesia
cuando vestida de novia
te entregabas a otro hombre
con la bendición nupcial
me dijeron que tus ojos
se nublaron con el llanto y
que estabas temblorosa
que parecías una virgen
con tu corona de azahares
escapada del altar.
Esa noche de tu boda
fue la noche de mi muerte
murieron mis esperanzas
y aunque hubiera deseado
contemplarte desde lejos
contemplarte y nada más
temeroso que pasara
por mi mente acalorada
sabe Dios si la venganza
me fui lejos de la iglesia
a llorar mi desventura
junto a la orilla del mar.
Me dijeron tantas cosas
quizás por mortificarme
que muy dentro de mi alma sentí
una gran humillación.
Quiera Dios que seas dichosa
en el dia de mañana
no vayas a arrepentirte
por tu fatal decisión.
Quiera Dios que seas dichosa
en el dia de mañana
no vayas a arrepentirte
por tu fatal decisión.