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Caballo alazán lucero
que por ligero que bueno fuiste
ganaste muchas carreras
yo bien recuerdo nunca perdiste.
Jamás tuviste derrotas
de costa a costa no fue mentira
hasta que llego esa yegua
por quien perdieras hasta la vida.
Sus ojos también oscuros
clavo en los tuyos como diciendo
que en esas quinientas varas
tú la dejaras llegar primero.
Lo tengo muy bien presente
toda la gente por ti apostaba
y tu dueño muy seguro
una fortuna se la jugaba.
Al salir del partidero
vi que la yegua casi volaba
y tú sin correr violento
dándole tiempo a que te ganara.
Caballo alazán lucero
cual caballero con una dama
la fortuna de tu dueño
por cuerpo y medio quedo en la nada.
Tu dueño desesperado
echando mano de sus pistola
si todo me lo han ganado
ese caballo solo me estorba.
Y no dando tiempo a nada
con cinco balas rodaste herido
a las patas de la yegua
tú que por ella habías perdido.
Moriste viendo a la yegua
como diciendo esta usted servida
por eso alazán lucero
hoy tu recuerdo no se me olvida.