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En una quinta
de la calle Caiguá
en un rincón al
que no he vuelto a ir...
En el silencio
de aquel rincón
sólo una fuente
se dejaba oir...
En el reflejo
de la fuente
sólo mi cara
bajo el cielo azul...
En mi mirada
yo entreví
la tarde en que
iría a recordar Caiguá