Viajeros de un tiempo perdido que cruza las aguas, soñando sus sueños heridos la proa de una barca, esconde el fantasma que hará nuevas tierras, aquellas lejanas oscuras y ciertas, el llanto de noche y de frío del cuerpo y el alma, atrás infinitos desiertos cubiertos de mantas, cansados del cruel sufrimiento que nunca se acaba, son hombres sedientos de un poco de abrigo, del hambre y del miedo su mudo testigo, aves lejanas al vuelo que no tienen alas
Dos mares abiertos dos mares oscuros en las que son ciertos ajenos y duros, caminos desiertos abismos profundos, sangre y fuego bajo el sol, dos mares de pena dos mares de gloria, de siglos de guerras bañados de historias, y derrota sin lugar, que no paran de llegar, de mundos distintos
No hay labia que cures las penas ni llanto que valga, el cielo que ahuyente tormentas cruzando las aguas, cerrando los ojos se aleja la playa, de hombres perdidos huyendo en el alba, hambre y el cuerpo vació son dueños de nada, hay almas que llegan al mundo en cunas doradas, inversas en mares profundos de amor y esperanza, unas que nacen en lechos de hiedras vidas clavadas en hechos y piedras, almas que cruzan abismos cada madrugada,
Dos mares abiertos dos mares oscuros en las que son ciertos ajenos y duros, caminos desiertos abismos profundos, sangre y fuego bajo el sol, dos mares de pena dos mares de gloria de siglos de guerras bañados de historias, y derrota sin lugar que no paran de llegar de mundos distintos