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Hay un curita santo y otro que no es tanto
desde que se enamoro.
El curita santo se la vive rezando
y el otro llorando de amor.
Y se da golpes en el pecho
para ver si con eso se le calma el corazón
pues piensa que es un grave pecado
y se lo llevara el diablo.
Grave error.
Dios nunca dijo eso,
Dios bendijo el amor
y es mejor un amor prohibido
que odiar con permiso, digo yo.
Y es mejor un amor prohibido
que odiar con permiso, digo yo.
Hay una niña pura y otra no tan pura
desde que se enamoro.
La niña que es pura se la pasa estudiando,
la otra soñando en amor.
Y se abraza fuerte a la almohada
para matar las ganas
de lo que mamá prohibió
pues piensa que es un grave pecado
y se la llevara el diablo.
Grave error.
Dios nunca dijo eso,
Dios bendijo el amor
y es mejor un amor prohibido
que odiar con permiso, digo yo.
Dios nunca dijo eso,
Dios bendijo el amor
y es mejor un amor prohibido
que odiar con permiso, digo yo.
Y es mejor un amor prohibido
que odiar con permiso, digo yo.
Hay un hombre que es macho
y otro que no es tanto
desde que se enamoro.
El hombre que es macho se la vive borracho
y el otro temblando de amor.
Y se despinta los labios
y sufre pensando en su rarito amor
pues piensa que es un grave pecado
y se lo llevara el diablo.
Grave error.
Dios nunca dijo eso,
Dios bendijo el amor
y es mejor un amor prohibido
que odiar con permiso, dijo yo.
Dios nunca dijo eso, Dios bendijo el amor
y es mejor un amor prohibido que odiar
con permiso, digo yo.
Y es mejor un amor prohibido
que odiar con permiso, digo yo.
Y es mejor un amor prohibido
que odiar con permiso, digo yo.