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Su fuego interior creció hasta
hacerse infinito, y estalló
quemando lo viejo,
iluminando todo alrededor
pies descalzos cabeza en alto
caminaste el desierto sin par
pero ya no estás tan solo aquí
te escuchan cada vez más
Espíritu de hierro, que el mal
no logro detener.
Quien nada tiene y nada espera
nadie lo puede vencer.
Un beso traidor lo entrego
al poder tan vil
y fuiste hacia él con coraje
enfrentando al silencio por mí
humillarte solo fue un juego
y también verte sufrir
el dolor y la asfixia de muerte
regresaste derrotando al fin