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Que cruel es la regla de oro Cuando las vidas que vivimos son sólo de oro plateado
Y yo sabía que las luces de la ciudad eran demasiado pesadas para mí Aunque yo llevara quilates a cada uno para ver
Y vi el grito de Dios en la reflexión de mis enemigos y todos los amantes sin el tiempo para mí y todas las madres levantan a sus bebés Para alejarse de mí
Las lenguas en los enchufes de sueños eléctricos Cuando las aguas residuales de juventud ahogaron la chispa de mi adolescencia
Y yo sabía que las luces de la ciudad eran demasiado pesadas para mí (demasiado pesado para mí) Aunque yo llevara quilates a cada uno para ver (cada uno para ver)
Y vi el grito de Dios en la reflexión de mis enemigos y todos los amantes sin el tiempo para mí y todas las madres levantan a sus bebés Para alejarse de mí...