Leonello. Junto al puente de la peña
por la noche la encontré,
y su guante chiquitito
le cayó a los pies.
Por sí un reto me lanzara:
recogí su guante yo,
y en su mano bella
puse un beso de pasión,
porque al verla no se puede
resistir la tentación.
Por las calles solitarias,
embozado, la seguí,
esquivando las malicias
de la gente ruin,
y acercándome galante,
mis respetos le ofrecí.
"Perdonad ... por favor ...
atended.""¿Qué?, decid"
"Que os adoro.""¡Callad!
No decírmelo así."
Y escuchando su voz,
yo pensé: ¡ Qué infeliz!
"Mujer, primorosa clavellina
que brindas el amor,
yo soy caminante
que al pasar
arranca las hojas de la flor
y sigue adelante
sin recordar tu amor."
Tomado de AlbumCancionYLetra.comA la dueña que la sirve
con dinero soborné,
y, admirada de mi rasgo,
saludó y se fué.
Y al decir la cortesana:
"Caballero, que yo espero
a mi galán",
en mi fiel acero
puse mano, sin dudar,
que mi espada se enardece
con la sombra de un rival.
Convencida y conquistada,
en mi brazo se apoyó
y escuchaba mis embustes
llena de ilusión.
Al llevarla a su palacio,
mis finezas repetí:
"¡ Dulce bien!" "Me engañáis."
"No acostumbro a mentir."
"¿Volveréis?" "¿Cómo no?"
"Va veré si fingís."
Y dejándola ya,
de su amor me reí.
"Mujer, Primorosa clavellina ..." etc
Subido por César B.C. (Valladolid)