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Sin llegar a comprender
ni un segundo de tu voz,
me resigno a contemplar
la forma de mover tus manos.
Que sencillo que es mirar,
como logras escoger
el momento que es mejor...para ti.
Dejaré...de esconder
mi temor, aunque quizás
otra vez busque tu ayuda.
Muestramé como mirar,
tal y como lo haces tú,
dejaremos de atender
quien quiera obligarnos a ver.
Dejaré...de esconder
mi temor, sé que es mejor
intentar ver en la huida
la salida que seguro es lo peor
y quizás te llamaré,
tú me ayudarás.