Se divisa una tartana
con una mujer de negro
lleva en su rostro amargura
va con rumbo al cementerio
a visitar a su esposo
y a sus dos hijos que han muerto.
Por una deuda de juego
Macario mato a Ruperto
matarlo se le hizo poco
se le vino al pensamiento
matarle también los hijos
para quedar mas contento.
Siempre las deudas de juego
se pagaran de algún modo
decía una madre llorando
que perdió su gran tesoro
que culpa tenían mis hijos
eso yo no lo perdono.
Vendió todo su ganado
y en la sierra de Durango
contrata a dos pistoleros
gente del Chueco Rolando
tráiganme vivo a Macario
yo misma voy a matarlo.
Desempolvo la pistola
que fue de su esposo amado
se fue al cruce de un camino
como lo tenia planeado
cuando llegaron dos hombres
con don Macario amarrado.
Tomado de AlbumCancionYLetra.com
Le descargo la pistola
y al verlo que agonizaba
el todavía se movía
a ella le quedaba rabia
para quitarle la vida
lo arrastro con la tartana.