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Con lágrimas de sangre
pude escribir la historia
de este amor sacrosanto
que tu hiciste nacer.
Con lágrimas de sangre
pude comprar la gloria,
y convertirla en versos
y ponerla a tus pies;
y convertirla en versos
y ponerla a tus pies.
Yo que tuve tus manos
y tu boca y tu pelo,
y la blanca tibieza
que derramaste en mi;
hoy me desgarro el alma
como una fiera en celo,
y no se lo que quiero
porque te quiero a ti;
y no se lo que quiero
porque te quiero a ti.