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Rumiando medio día
¡qué jornada laboral!,
la fórmula eficaz
para perder la otra mitad.
Las ganas de comerte el mundo
las perdistes ¡qué cojones!
a base de jartarte de marrones.
Ya tu mama te lo decía,
no te gastes los duros en chucherías,
que ya va siendo hora de comer.
Castigado sin postre
te quedas sin tu parte del pastel,
lerelé, lerelé, lereléi.
Turista en el planeta,
atrapado en la red
de esta vida proxeneta.
Perdido el camino
en la estrecha y oscura vereda,
si hay una luz al fondo
será un club de carretera,
lleno de orquestas pachangueras.
Mientras el mundo
parece tener ya bastante,
que no suficiente.
él como toda la buena gente,
consumidor habitual
de estupefacientes.
Mala cara, cara cuero mojado
secado al sol ¡qué bacilón!
Rata de parque impasible
ante la prisa del almanaque,
que tripi pa los hippys
que de trapi en trapi…
Entre Pink Floyd y Peter Pan,
ex-macarra sabinero,
por la esquina del viejo barrio lo vi pasar
-¿el qué?-
transformado en trasnochado pastillero,
y aunque resulte tan extravagante hacerlo,
decidido por fin a anillarse el sexo.
Mala cara, cara cuero mojado
secado al sol ¡qué bacilón!
Rata de parque impasible
ante la prisa del almanaque,
que tripi pa los hippys
que de trapi en trapi