Solo en esta celda, en esta fría prisión,
condenado por extraños, espero mi ejecución.
Yo sé que hoy moriré mirando al mar.
No me hicieron juicio, no fue necesario hablar,
extraño en su tierra, el enemigo mortal.
Yo sé que hoy moriré mirando al mar.
¡Yo sé que hoy moriré mirando al mar!
Lejos, muy, muy lejos,
más allá del ancho mar
se encuentra una tierra
a la que llamo mi hogar.
Y sé que no, no, no, no...
nunca más yo voy a volver...
Y sé que no, no, no, no...
el futuro se acaba este amanecer...
Pienso en los hombres que nos mandan a luchar
por oro y por tierras que el pueblo nunca tendrá
Y sé que no, no, no, no...
no es justo que deba morir.
Y sé que no, no, no, no...
pero soy un soldado y esto elegí
Déjame contemplar el sol,
será la última vez que sienta su calor.
Matadme mirando hacia el mar,
así mi alma sabrá cómo regresar...
Intentaré perderme allí,
donde nacen los sueños.
Quizás así todo el dolor
que sienta me sea ajeno.
Lejos, muy, muy lejos,
oiré armas disparar,
y en mi interior
una voz me grita que debo volar...
Miro al carcelero, ya mi tiempo se acabó
busco entre ellos al que manda el pelotón y le pido:
Déjame contemplar el sol,
será la última vez que sienta su calor.
Matadme mirando hacia el mar
así mi alma sabrá cómo regresar...
Matadme mirando hacia el mar,
así mi alma sabrá cómo regresar...
Déjame contemplar el sol,
será la última vez que sienta su calor.
Lejos, muy, muy lejos,
oiré armas disparar,
y en mi interior
una voz me grita que debo volar...
¡Volar, volar, volar!