Ha nacido pa' la alegria, nunca desprecia unas papas. A veces sufre agonías, el alma vende barata.
Se le levanta to' los días con ganas de ir a la plaza. Se le quitan las manías con el fuego de un cubata.
Que digan que ya es de día, que muera la madrugada.
Que sople la última brisa, última hora envenenada.
Se acuesta los mediodías con una carita guapa, pensando mil tonterías, buscando la cama a gatas.
Una mirada perdía, ñas pupilas dilatadas. Aquí no hay dios que se ría, maldita la luz temprana, porque uno cuando se lía, le engaña la madrugada.
Y las nueve sinfonías, se escuchan desde la almohada.
Y la verdad no le va nada mal al chaval, porque sabe que el tiempo se escapa. Y sube las ventanas y empieza a soplar el airecillo de la luz del alba.
Una noche de jauría, cuando salió de su casa,
era una noche muy fría y se helaban hasta las ratas.
Y me lo encontré dormido mu' cubiertito de escarcha. Vente que hace mucho frío, venga tira pa' la casa. No tenías que haber salío, que ya llevas mucha marcha.
Te encuentro mu' revenío, a mú se me encoge el alma, y la verdad no le va nada mal al chaval,
porque sabe que el tiempo se escapa y sube las ventanas y empieza a soplar el airecillo de la luz del alba.
Tomado de AlbumCancionYLetra.com
Y la verdad no le va nada mal al chaval, porque sabe que el tiempo se escapa. Y sube las ventanas que empieza a soplar el airecillo de la luz del alba.