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Muchedumbre mirando al suelo sin paz,
la única elección es entre dos marcas.
Lo cotidiano absorvió nuestras diferencias,
las procesó,
las embaló y las puso en venta.
Las convirtió en una necesidad.
"¡Podemos obtener lo que queramos!"
Nos empapamos en una lluva de ideas (brainstorming).
Y entonces vimos que era bueno,
entonces vimos que conviene,
entonces vimos claramente que realmente no hay para qué pelear.
Si no existe nada ni nadie que pueda poner fin a esta gran venta.
Porque no es necesario.