Yeah. El Hombre de Oro, Nach. Son noches en mi ciudad, yeah.
Ciudad maravilla donde las haya, lugar de mil batallas que se libran día a día. Un mar para perderte y una inmensa mayoría que navega entre paredes. Miopía en la ciudad condal, donde atascos entre obras son el mal. En la ronda del Litoral o en la Detal, festival de culturas y clases. El tiempo es oro, así que nunca te retrases, o te tumbarán los flashes, gases.
Mirando al horizonte ves las nubes, abrigos de bisonte que te indican quién se sube al carro. Políticos corruptos disimulan despilfarros, lo veo y me desgarro. Paso de esa Barna que se pudre, donde ricos son impunes, también hay quien es inmune y a los que el amor les une. En ese banco de marina sin obedecer doctrina alguna, artistas en esquinas que buscan fortuna.
Y yo camino solo, observo todo y lo disfruto. A veces tan incómodo, me siento diminuto en éste enjambre de contrastes donde el sol puede ir de luto. Soy el puto amo de las calles y garitos. Aquí todo es infinito, cada palpito es un grito. Cada hazaña, un hito; cada creador, un mito;
cada noche en Barcelona es un delito y un placer
bajo los pies de Lucifer. ¿Lo quieres ver?.
Si la noche nos aturde, dos borrachos en la urbe; Nach y ZPU, no hay alcohol que nos derrumbe; sólo madrugadas largas, focos como esmeraldas, el amor de la familia que nos cubre las espaldas cuando la ciudad descansa.
Lujos y contrastes harán que te sientas libre. Sin reflejos y contrastes, el don de lo impredecible.
Fiesta, fantasía, la noche sirve de guía irresistible; otra prueba de que aquí todo es posible. Cada madrugada la aventura está servida, y cada amanecer ver cómo la ciudad nos mira. Tu vida, mi vida, tu vida, mi vida. El final está tan lejos, sorbos de rap nos inspiran.
Barcelona, ¿qué es lo que tiene? Ésta ciudad cruda y cuadrada, que te ama o hiere cuando quiere. Hoy vuelo en la night life, con o sin may, bajo éste spot life, dejo que una noche más me espere. Guardo billetes y decisiones de amor; street manifiesto. Barna y sus calles harán el resto.
¿Quieres vivir sin límites? Ven, la tentación del placer. Toma tu ticket para entrar al Edén. Podrás perderte en discotecas de ensueño con damas de diseño, flotar sobre un cóctel caribeño.
Y es que, aunque nuestra fama a veces nos sabe a plomo, allí donde vamos todos, saben quiénes somos. En la calle venden birra en sopa mientras andas, nigerianas lanzan besos rotos en las ramblas. Bandas de maderos, no habrán muestras de cariño, japos asustados con camis de Ronaldinho. Tenemos el antídoto, inequívoco, entramos al Otto hasta con el chándal roto. Ídolos de MC's, una foto y se conforman, otros dan la charla si la farla les transforman.
Quienes quieren competir, les dejo perder con Goldman, estorban, sufrirán psicósis como Norman. Tragos, contactos, espasmos, chicas Erasmus, otras estiradas como un cactus. Hippies jugando al frisby, expertos carteristas. Si aquí hasta los mendigos son artistas. Rastas en condal con gesto intelectual, turistas, buquis malabaristas del Rabal.
¿Quieres progreso y excesos? Lánzate hasta aquí. Barcelona es así, llámalo 'the place to be'. Yo salgo del garito andando cool, otra noche en Barcelona para la gandul school. De club en club, meando tequila con Redbull, improvisando en el carro cuando el cielo ya es azul. Noches en Barcelona. Dos, doble cero, seis. Mi hermano, Zpu; mi hombre, Nach; tinta de oro, arte mayor.
Lujos y contrastes harán que te sientas libre. Sin reflejos y contrastes, el don de lo impredecible.
Fiesta, fantasía, la noche sirve de guía irresistible; otra prueba de que aquí todo es posible. Cada madrugada la aventura está servida, y cada amanecer ver cómo la ciudad nos mira. Tu vida, mi vida, tu vida, mi vida. El final está tan lejos, sorbos de rap nos inspiran.
Yeah, es El Hombre de Oro, la ciudad maravilla,
mi hombre Nacho. Son noches en Barcelona compartiendo amistades.