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Este fulgor por tu absurda experiencia, tú alcanzaste encontrarte con la joya simbólica de mi origen, la miel de esta casa abandonada se sale por los bordes de las ventanas, se encuentra con todo lo que un día deseche como dibujante de fantasías mórbidas, nunca nos encontraremos, tú no buscas yo no encuentro, aporía de desechar el cielo en el cereal caduco, la casa se quema y la miel se derrite para buena suerte de los vagabundos poetas, es el mana de los que se acostumbran a escuchar los azotes de las láminas cuando el aire apesta a hielo y la garganta arde de tanto gritar para adentro.