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Vimos quemarse bibliotecas enteras,
vimos como las niñas se desangran,
vimos muertos que seguían con vida,
vimos trompetas que tronaban himnos,
todo junto, con las venas llenas de verdadero odio.
Un odio que no comprendimos nunca,
si solo aprendimos a decir venganza
ya gritar nunca más. aunque no nos escuche nadie.
Mucho antes de aprender a caminar
con estas piernas astilladas de memoria.
Con las venas llenas de verdadero odio,
a gritar nunca más.