Dale color a este verso muerto, añora su canción,
dale cianuro a este pensamiento. Quiero tramarme al cielo y me da igual, sube al desván a arropar un tiesto de flores de cartón. Me voy de viaje, ahora es el momento, te enviaré desde Marte una postal. E
sta es mi canción, qué más da, a mí me gusta así. Qué más da, el mundo es desigual. Sé, es vivir
en cualquier rincón a un lunar bajo tu edredón.
Me da igual, no es perfecta ni muy recta, sabe a fresa y alquitrán.
En un jardín sembrao de excrementos, y patadas en flor, crecen a pelo todos los cuentos que yo me invento cuando algo va mal. Tengo ese lao llenao de cemento, y el ruido de un motor. Mi madriguera es mi pensamiento, pienso pisar estrellas sin parar.
Es mi vocación patear aquella ciudad, qué más da
si nunca existió. Junto a un mar se giró y gruñó
en el bar de alguna estación, me da igual.
Arañando las farolas, dibujando caracolas por el techo, qué más da.
Qué más da, es mi vocación transcribir alguna canción que encontré buscando calor, me da igual.
Cualquier suelo, cualquier calle recitando para nadie mientras sueño, qué más da.