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Siempre así, siempre igual.
Acomodando mi ilusión,
acompañando la emoción de volverte a ver.
Iluminados por el cielo,
ensombrados por el infierno.
Siempre igual.
Soy de atardeceres
de montañas y de mar,
y de fogonear
hasta el primer rayo de sol.
Dicen que no hay pluma
que pueda pintar igual,
y que en la madrugada
mi guitarra suena mejor.
Y la indiferencia... transparente,
no te toca, no la sientes.
Siempre así, siempre igual.
Acomodando mi ilusión,
acompañando la emoción de volverte a ver.
Iluminados por el cielo,
ensombrados por el infierno.
Siempre igual.
Gritos de cadenas
que se empiezan a cortar.
La tribu que está siempre
comenzará el ritual.
Quizás veas una lágrima,
percibas un temblor.
Es que no te das cuenta
que estoy muriéndome de amor.
Y la muerte... aparente,
si los veo entre la gente.
Siempre así, siempre igual.
Acomodando mi ilusión,
acompañando la emoción de volverte a ver.
Iluminados por el cielo,
ensombrados por el infierno.
Siempre igual.
Caminamos juntos en busca de un nuevo Dios.
Llantos de sirenas enturbian nuestra canción.
Pero se hace más fuerte si alguien quiere detener
a la voz que canta con el pueblo en la garganta.
Y el egoísmo... solitario
sufre su propio calvario.
Siempre así, siempre igual.
Acomodando mi ilusión,
acompañando la emoción de volverte a ver.
Iluminados por el cielo,
ensombrados por el infierno.
Siempre igual.