Atados,
a la rutina de la vida
siempre nos hizo falta tiempo
para entregarnos este amor.
La prisa, de la pasión es la enemiga
donde la magia se termina
por falta de imaginación
se nos enfría el corazón.
-r-
Y aunque vivimos en la misma casa
cobijados por el mismo techo
y dormimos en el mismo cuarto
compartiendo siempre el mismo lecho.
Ya el encanto se perdió
la rutina destruyó la fantasía
el hastío se adueñó de nuestras vidas.
Ahora,
cuando sabemos que ya no hay remedio
y uno del otro ya no somos dueños
nos callamos por orgullo este dolor.
Valientes,
ante la gente siempre sonrientes
nadie sabrá que hoy nos separa
la falta de la embriaguez que nos unió. -r-
Coro:
Aunque vivimos en la misma casa
compartiendo siempre el mismo lecho.
Se ha terminado nuestro amor
todo ha quedado deshecho.
Se alejaron nuestras vidas
en un viaje sin regreso.
Tomado de AlbumCancionYLetra.com
Y al terminar el acto del amor
nunca estamos satisfechos.