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En los talles de las mujeres te complaces.
En cuadros antiguos y en herrumbrosas llaves.
En el pasar sereno del cometa.
En el cajón secreto de tu armario.
En la luz brillante de las olas.
En el oscuro abismo en que te meces.
De palabras viejas y antiguos verbos,
como el vino viejo que bebes,
es tu aroma seco de una vida larga.
Sobre el oscuro abismo en que te meces.
Sobre el oscuro abismo en que me mezco.
Sobre el oscuro abismo en que te meces.
Sobre el oscuro abismo en que me mezco.
Junto a las acacias de la orilla
de flores te disfrazas.
Y como si todo fuese cierto
te miras en el miedo.
Florecen las malvalocas
en la selva de tu pelo,
mientras te bebes los días
como azúcar caramelo.
Al refresco de lima,
al refresco salvaje
que la vida se enreda
como bolo de encaje.
Florecen las primaveras
de risas y de aguaceros,
como florecen los campos
de la tierra que más quiero.
A tu lado mi vida
va pasando discreta
entre los naranjos
que yo tengo en mi vega.
En los talles de las mujeres te complaces.
En los cuadros antiguos y en las herrumbrosas llaves.
En el pasar sereno del cometa.
En el cajón secreto de tu armario.
De palabras viejas y antiguos verbos,
como ese vino viejo que bebes,
es tu aroma seco de una vida larga.
Es tu aroma en la vibrante luz de las olas.
Sobre el oscuro abismo en que te meces.
Sobre el oscuro abismo en que me mezco...