En los talles de las mujeres te complaces, en cuadros antíguos y en herrumbrosas llaves. En el pasar sereno del cometa, en el cajón secreto de tu armario. En la luz brillante de las olas, en el oscuro abismo en que te meces.
De palabras viejas y antíguos verbos, como el vino viejo que bebes, es tu aroma seco de una vida larga. Sobre el oscuro abismo en que te meces,
sobre el oscuro abismo en que me mezco. Sobre el oscuro abismo en que te meces, sobre el oscuro abismo en que me mezco.
Junto a las acacias de la orilla, de flores te disfrazas, y como si todo fuese cierto, te miras en el miedo. Florecen las malvalocas en la selva de tu pelo, mientras te bebes los días como azúcar caramelo.
Al refresco de lima, al refresco salvaje que la vida se enreda, como bolo de encaje. Florecen las primaveras de risas y de aguaceros, como florecen los campos de la tierra que más quiero. A tu lado mi vida va pasando discreta, entre los naranjos
que yo tengo en mi vega.
En los talles de las mujeres te complaces, en los cuadros antiguos y en las herrumbrosas llaves.
En el pasar sereno del cometa, en el cajón secreto de tu armario.
Tomado de AlbumCancionYLetra.com
De palabras viejas y antiguos verbos, como ese vino viejo que bebes, es tu aroma seco de una vida larga. Es tu aroma en la vibrante luz de las olas.
Sobre el oscuro abismo en que te meces, sobre el oscuro abismo en que me mezco.