Mi Señor, mi Señor, mi Señor...
Y yo que no soy nada
más que vida enlatada
te encomiendo
me des alma
ilusiones, sueños, calma.
Y yo que soy vacío
líbrame de los hastíos
de la muerte, de los fríos
de los lunes en los castillos.
Y yo que nunca estuve
ni en tus planes, ni en tus nubes
quiero ser materia y no querube
pompa que se queda y no sube.
Pero no me dejes solo
cuando sea tu soldado
dame flores y ruletas
relojes y bicicletas.
Y una mujer
que llene la vastedad
de este paraíso de cristal
una amante de ojos grises
de pechos grandes
y labios felices.
Una mujer,
no una marioneta.
Un ser,
no una silueta.
Una compañera,
no una muñeca.
Tomado de AlbumCancionYLetra.comCreala Señor
no me dejes solo
odio los espejos
y sus reflejos.