Cansado de trabajar, estudiar, y aguantarte a tí.
Llego a casa algo malhumorado, con aire de diablo.
Quiero buscar distracción con la ayuda del piano,
desafiándolo a un pulso de notas, de bailes de manos.
Y sin saber por qué ni cómo ni cuándo, y sin nadie pedírtelo, te pones de pie. Te enciendes sola, orgullosa, intentando atraer mi mirada ociosa; mi tiempo, mi fé.
Televisión, maldita televisión. Mi interés por tí acabó con el telediario. Televisión, maldita televisión. Así no hay quien viva en paz, respeta mi espacio.
Corto de leche, con dos cucharadas de azúcar. Con los pies encima de la mesa, falto de ternura.
Mediodía, son las dos, te concedo una tregua. Es tu hora para demostrarme que vales la pena.
Y tu explosión de putas, dimes y diretes; esos cantos y pestes que te brotan sin fin. Ese ruido infernal el miedo me mete, me tira del sofá al suelo, me envenena el café.
Televisión, maldita televisión. No, mira, eso sí que no, no vayas con esas. Televisión, maldita televisión. Te enseñaré yo, con la salud no se juega.
Cómo no haces caso al off, y te sigues burlando. Esos cables que te dan la vida, los voy a ir cortando. Después de sobrevivir a mi corte, milagro. Me sacudes el cuerpo y el alma con dos calambrazos.
Y ahí estás otra vez, soberbia, asesina;
declarándome tregua en mi salón, sin cuartel.
Déjate convencer o va a ser tu ruina. Está bien, si así quieres, así es como va a ser.
Televisión, maldita televisión. ¿Sabes? Todo tiene un fin, igual que un principio. Televisión, maldita televisión. Te vas a ir por el balcón, desde un cuarto piso.
Televisión, maldita televisión. Da gracias que esto es ciudad y no hay precipicios.
Tomado de AlbumCancionYLetra.com
Televisión, maldita televisión. Ya caes desde mi balcón, desde arriba escuché el 'plof'. Te pisan sin compasión, te pasa encima un camión, y ya te echo de menos.