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Se prohibió ser un cara de desgracia
y guardó su pena con mimo para nunca olvidar
decidió no ser mar de condolencias
ni un arcón de palmadas de espalda ni beso a granel
la mitad de su trozo de tarta la pasó escondido
sin llegar a averiguar jamás ni de que ni de quien
no hay razón más humana que huir de lo desconocido
ni motivos que te hagan sentirte peor que el de huir
Y fué así como un día estallo una revolución
entre sus sentidos
levantándose en armas dispuesto a luchar sin cuartel
pero como no hay guerra feliz porque siempre hay vencidos
en su lucha de ser o no ser el vencido fue el
Se negó a comprender que la vida no era un dulce de leche
lo mejor es que nunca hay dos días que sepan igual
que no hay luna sin sol ni la risa si no existiera el llanto
ni la tierra sin agua ni boca prohibido besar
y es que el zurdo en un mundo de diestros abraza el peligro
tanto o más que el diablo de compras turista en Belén
como un coche sin ruedas inútil desnudo y herido
claudicó ante el espejo dispuesto a verse caer
Y fue así como un día estalló una revolución
entre sus sentidos
levantándose en armas dispuesto a luchar sin cuartel
pero como no hay guerra feliz porque siempre hay vencidos
en su lucha de ser o no ser el vencido fue él
Guardó un minuto de duelo de 50 segundos
se enlutó hasta las cejas rumiando lo absurdo que fue
el retar a molinos de viento más sólo que un uno
contemplando su lanza partida y partida su fé
y es que la vida no es vida ni es nada si no hay una estrella
en la que escribas tu nombre en la estela que deja al viajar
mira al cielo una noche cualquiera y busca tu senda
persigue tu sueño aunque el mundo te quiera evitar
Y fué así como un día estalló una revolución
entre sus sentidos...