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Cuanto he llorado sólo con mi voz,
lágrimas que suenan como esta canción.
Pero me doy cuenta que no hay razón,
para tanta pena cuando brilla el sol.
Desde muy arriba un ave nos ve,
que pequeños somos frente a lo demás.
Somos uno solo; Ave, cielo y voz...
Ahora las palabras ya no dicen más.