Vista previa
En las noches del viejo barrio,
se escuchan gritos, fuera de horario
alguien dice que son del diablo
porque peligran sus honorarios.
Son los gritos de la miseria,
frustraciones y maldiciones.
En las noches del viejo barrio
se amasa el pan revolucionario
se mastica, en las hogueras
entre charlas, sin banderas.
Y por la mañana
siempre un cobarde apaga la hoguera
el, contra nada, en las cenizas
pondrá su bandera, pondrá fronteras,
pondrá barreras.
Dando la espalda a la miseria
orgulloso de su trabajo
vigilando que todo sea igual.
Hace tiempo que no entiendo
hace tiempo que no escucho.
No, tampoco puedo llorar.
Agoniza la justicia
entre el hambre y la codicia.
No! yo solo quiero gritar.
Quiero gritar de madrugada
un primer grito por la mañana
y que no duerman las maldiciones
echando leña a los corazones
embriagados de luz del día
en las calles, hoy nada será igual.