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No se entiende el menú
pero la salsa abunda.
Soy un gourmet que huele eternamente mal.
Viejas compotas que no dan respiro
al caníbal que hay en mi
(que no es bien recibido en un banquete así).
Se amasan las fortunas, se cargan los bolsillos
de presa seca, de oro falso de vermouth.
Me acaban el cerebro a mordiscos,
bebiendo el jugo de mi corazón
y me cuentan cuentos al ir a dormir.
A un cordero de mi estilo
a un caníbal de mi estilo.
Voy al Coliseo a prenderme fuego
(mi racha de novato nunca cambiará).
¡Por favor! que el adiós no se alargue
me cansé de tanto esperar...
cuando el fuego crezca quiero estar allí.
Un cordero de mi estilo
a un canííbal de mi estilo.