EL CABALLO.
Letra y Música: Tito Fernández
La vieja potranca negra, de mi compadre Alvarao,
la vieja potranca, fiera, la de la oreja torcía,
aquella que se moría por el potro colorao
consiguió, al fin, lo anhelao y ayer nomás tuvo cría.
Arisco como su padre salio, pues,
negro como el azabache,
bendito por cuatro frailes
no hay quien el moño le agache.
Una esperanza que canta,
camino de dos comienzos,
el hijo de la potranca
corriendo, de cara al viento.
Allá va, dirá la gente,
allá va, los corazones.
¡Aquí voy! diran sus ojos
retintos como carbones.
¡Guarda! que viene cantando
el corazón que me ha dao,
la vieja potranca negra,
de mi compadre Alvarao.
Hay que ver al buen caballo
hecho sombra, allá en el cerro,
galopando bien ¡carajo!
casi pegao con el cielo.
Hay que soñarlo gigante,
quererlo como hijo de uno,
sentirlo hervir en la sangre,
fruto del amor maduro.
Hay quien dice que el caballo
debe tener güena alzá,
vengan a ver mi caballo
después conversamos más.
Allá va, dirá la gente,
allá va, los corazones.
¡Aquí voy! diran sus ojos
retintos como carbones.
¡Guarda! que viene cantando
el corazón que me ha dao,
la vieja potranca negra,
de mi compadre Alvarao.
Mi caballo nació limpio
de mancha y de peladura,
no quiero ponerle estribo
ni amarrarlo a la montura.
Cuando canta la mañana,
lo viera usté galopando,
camino de la montaña
la tusa al viento, volando.
Déjelo que se enmontañe,
que corra paronde quiera,
no seré yo quien lo ataje
ni el que le ponga la rienda.
Hay que ver a mi caballo
milagro que ayer me ha dao,
la vieja potranca negra
de mi compadre Alvarao.
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