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Siete noches esperando,
a la octava venceré.
Ojos que me acechan
y su azul congela mi piel.
Locura, cordura;¿quién decidió
que yo podía ser un loco
enfermo y cruel?
El final se va acercando,
late fuerte el corazón,
como los relojes
velan sueños en mi habitación.
Sereno, tranquilo,
oigo el gemido del temor mortal.
Se apaga la luz del mal.
No puedo comprenderlo.
No tengo nada que temer.
Un loco no puede mentir
ni pensar como lo hago yo.
Oigo su corazón dentro de mí.
¿Quién podrá juzgarme a mí,
a un hombre huérfano de maldad?
Yo le amé, pero una luz
me arrebató la libertad.
Inquieto, perdido,
esta tortura no va a terminar,
aumenta el latir del mal,
se burlan de mi ansiedad.
No puedo comprenderlo.
No tengo nada que temer.
Un loco no puede mentir
ni pensar como lo hago yo.
Tomado de AlbumCancionYLetra.comOigo su corazón;
suena en este salón.
Debo gritar o muero:
"¡Este suelo que está bajo mis pies
guarda mi perdición!".