Había un muchacho
querido por todo el mundo,
que en pocos años
demostró lo que iba a ser,
grande como sus hermanos,
como Poncho y Emiliano,
pero Dios mandó por él.
Por todas partes se hablaba de su talento,
y era un prodigio para tocar su acordeón,
era un músico completo,
todos le tenían respeto,
porque sabían de su don.
Los primeros versos eran un lamento
que nació del alma,
con que sentimiento le cantaba estos
a su vieja Sara.
Y así comenzó su fama
y creciendo todo el tiempo,
solo con cantar un verso
los aplausos se robaba (Bis)
El pueblo orgulloso contento con su lira
decía satisfecho al fin llego el mejor.
CORO
? y no era mentira,
él era la esperanza del folclor (Bis)
Era preciso que pasaran muchos años,
para que el tiempo
demostrara que hoy por hoy
nadie a superado a Héctor,
nadie a tenido el talento
del difunto trovador.
En el recuerdo de muchos
quedo una escuela,
generaciones aprenden su estilo fiel;
y aunque el fundador se fuera
los alumnos siempre llegan
a escuchar las notas de él.
Y hoy reconocemos que hay valores nuevos
dignos exponentes,
y también es cierto que hay músicos buenos
y otros excelentes.
Pero de todas maneras
nunca estamos satisfechos,
porque el vallenato sueña
que ojala volviera Héctor (Bis)
Era provinciano, de alma sencilla,
amaba la vida, amaba a su región.
Tomado de AlbumCancionYLetra.comCORO
? y no era mentira,
él era la esperanza del folclor (Bis)