Canto como un niño ciego
frente al misterio del mar,
y mi anhelo es esa estrella
que se queda hasta clarear.
El agua me besa el alma
pajarito de cristal
y en las cañas silba el viento
con su sikus ancestral.
La oración que me brota, se vuelve verdad
cuando digo que el hombre es un grano de sal,
diminuto en la noche y su inmensidad.
Tengo que seguir cantando para darle al niño
el sueño encerrado en mi piel,
tengo que seguir la huella que deja la luna,
cuando se recuesta en el agua a beber
hasta el amanecer.
Canto como un niño ciego frente al misterio del mar
y mi anhelo es esa estrella que se queda hasta clarear.
Bailo como un niño nuevo
bajo un cielo sin igual,
mientras frotan sus violines
las cigarras del sauzal.
Ya entendí que nuestra tierra es amor y eternidad
y nosotros los culpables de su continuo pesar.
La oración que me brota se vuelve verdad
cuando digo que el mundo es un grano de sal,
diminuto en la noche y su inmensidad.
Tengo que seguir cantando para darle al niño
el sueño encerrado en mi piel,
tengo que andar de su mano la rueda divina,
que impone la vida sin pregunta nunca
quien soy, ni por qué.
Ya entendí que nuestra tierra es amor y eternidad
y nosotros los culpables de su continuo penar.
Tomado de AlbumCancionYLetra.com"Voy a volver a la tierra como el coyuyo cantor.