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Sigue durmiendo que no quiero que me veas escupiendo los flecos de tu falda otra vez, que encontré x los bares y metí a pares entre el hueso y la piel. Sueña despacio con mi palacio que es el paraíso en que piso aun que sea un mojón con tu nombre escrito por los rinconcitos de su corazón.
Cuando despiertes caerás conmigo en el barrizal.
Y entre hormigones me veras entre lunas de alquitrán, entre sus pezones tiesos, con las persianas levantas que a la puta oscuridad le sobran besos.
Si estás cansada yo te vigilo las hadas que se van en manada con un trote cabrón, a lo alto de un cerro para ver el entierro de la imaginación. Sigues roncando y de vez en cuando afloja correa que veas que yo sigo aquí de mala enrrabea siempre de berrea queriendo gemir.
Cuando despiertes estaré con los charcos en los pies.
Y entre hormigones me veras entre lunas de alquitrán, entre sus pezones tiesos, con las persianas levantas que a la puta oscuridad le sobran besos.
Aquí estaré esperando a que pises todas las mañanas grises y las tardes tuertas, aquí de pie quejío de la cera, el martillo para espejos de no ver. Querrás saber de tantos manantiales que en mi boca desembocan como lava hambrienta, te contaré que nunca fui poeta para las arrugas viejas y el coser.
Tomado de AlbumCancionYLetra.com
Y entre hormigones me veras entre lunas de alquitrán, entre sus pezones tiesos, con las persianas levantas que a la puta oscuridad le sobran besos.