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La tragedia familiar; último encuentro,
Esos padres tuvieron que verle muerto,
Esa madre no lloraba, no quería que fuese cierto?
Pero sabía que era cierto,
No hay cuerpo sin alma, ¡Peros si hay alma sin cuerpo!
No hace falta que sonrías, yo sé que te estás muriendo,
Aquí nadie sonríe, hacen de tu cuarto un templo...
Porque esos padres tuvieron que verle muerto,
Los hermanos pequeños tuvieron que comprarle flores,
Del ataúd se encargaron los mayores,
Ojalá que tengas una novia que te llore,
Y un padre que maldiga que se vayan los mejores,
Y esa amiga, no volverá a verte nunca,
Cúbrela de flores, seguirá siendo una tumba,
¡Cúbrela de oro, seguirá siendo una tumba!
Y esa amiga no volverá a verle nunca,
No desprecio un consejo, y hago caso a las palabras,
Pero ese dolor nada lo calma,
Porque no hay palabras que puedan sanar el alma,
No, no hay palabras que puedan salvar el alma,
Y pese a las plegarias, sé que el futuro es incierto,
Al menos para seres de carne y hueso,
Si he creído en Dios algunas veces, me arrepiento...
Porque esos padres tuvieron que verle muerto.