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Nunca llegó a la hora apropiada,
o pronto o tarde, cuando ya
no queda nada.
Oigo campanas y nunca me entero dónde
oí tus palabras en
un río que se esconde.
Y ya ves, otra vez he llegado
tarde a mi deber
y ya ves, y demasiado tarde
a tu querer
y ahora estoy sólo.
Solo a la puerta o mirando en la ventana
solo en la fiesta, con lágrimas en el alma
solo esperando que algún día llegue a tiempo
solo esperando que vuelvas a mi recuerdo.
Y ya ves, otra vez he llegado
tarde a mi deber
y ya ves, y demasiado tarde
a tu querer
y ahora estoy sólo.
Voy a buscarte al otro lado del cielo
voy a buscarte enredado entre tu pelo
voy a encontrarte, aunque sea dando hachazos
para amarte entre las ramas de mis brazos.
Y ya ves, otra vez he llegado
tarde a mi deber
y ya ves, y demasiado tarde
a tu querer
y ahora estoy sólo.