Somos como tú, pero haciendo ésto dos. Cabrones como nosotros es como hablar con Dios. No lo hago solo para sólo echar el rato, el mundo es un charco debajo de mis zapatos. ¿Qué está mal en mi interior? Demasiado rencor, y si antes no era bueno, sé que ahora soy peor. El día me desgasta,
siempre me falta la pasta. Es día a día, día a día.
Es día a día, día a día.
Tengo ganas de subir hasta tocar el cielo, pero tengo que bajar para raparme y no cortarme un pelo.
Lo que hacéis me la pela como a Melo Maneis; mi vida espera ser el asta del que cuelgues tu bandera. Bastardos sin frontera, bardos a vuestra manera, ¿habéis dicho algo? Pues ya estáis fuera de la atmósfera como otro nota más cualquiera.
Cómo te voy a soprender hablando de excesos, todos hacéis eso de arder como una cerilla. Si la luna brilla, nos vemos entre las colillas; así es Sevilla, mi hogar, chiquilla. No has podido encontrar otra señal en el cristal del tiempo o sólo algo material. El último latido va a ser mortal, real. Ésto está mal, amante del metal, te dejo que lo encuentres donde nadie más lo encuentre.
Puedes comer caliente, dame tus dientes. Tú qué eres, ¿bueno o valiente?, ¿te sueno? Será que freno aunque no tengo líquido, hay quien fuma chocolate pero es un tío insípido. Me revientas como un neumático, fanático, no eres simpático, tío. Suelo verlo nítido, nada que ver con la elegancia o el poder. Es por placer ser más que parecer, volver a la infancia, cuestión de alma,
como cuando hacíamos palmas. La tormenta y la calma aumentan desde el 90, porque...
Somos como tú, pero haciendo ésto dos. Cabrones como nosotros es como hablar con Dios. No lo hago solo para sólo echar el rato, el mundo es un charco debajo de mis zapatos. ¿Qué está mal en mi interior? Demasiado rencor, y si antes no era bueno, sé que ahora soy peor. El día me desgasta,
siempre me falta la pasta. Es día a día, día a día.
Es día a día, día a día.
No sé en qué mundo estabas antes de escucharme,
no sé qué piensas, pero yo pienso quedarme. No quemarme, no dejarme llevar por la carne. Recuperarme, llenarme de placer. Volver a darme una oportunidad; amarme, amarte como eres. Encamarme, encamarte es lo que quiero, lo que quieres. ¿Qué prefieres?. Juan sabe mi afán por cada fan, mi plan sólo es buscarme el pan, y no me importa el qué dirán, qué mirarán.
Ya sé que sus días estás contando, que nunca me ha cortado el pasado, que te has basado en la vida de otro. Nosotros hoy somos los mismos, demasiado purismo y humo en mí, vivo en mi abismo. No es madurarlo de contar las batallitas y encontrar una pareja que parezca estable. No es invitar ni ser agradable con una mujer, paracer amable, imitar una forma de ser.
Recitar palabras, decir lo que quieres oír, frases medidas; mentir, mentirte, irte y seguir, arrepentirte. Después buscar tu orgullo, sentirte un capullo es lo tuyo, y no es lo suyo intuyo.
Fluyo desde el solar hasta el garaje; humo, música, coche, cines y ese lenguaje. Somos como tú, pero con mucho más talento. Día a día, es día a día, el presente represento.
Me siento sucio, lúcido, algo más feo. Ayer a ésta hora me querían dar clases de boxeo. No me río, no rapeo feo. Leo un folio blanco, juego duro con el ciego, en el cielo estaré manco. Qué hablas tartamudo si tu boca es un embudo, y tu garganta un nudo. Cuando yo sacudo los vocablos, diablos,
siempre a bocados, a meter la pata. Fotografiado, haciendo rap sin marco de plata. Sueno mejor que antaño, ésta certeza te hace daño; es raro y no me extraño.
Por favor, sé que aún lo hago hardcore y juego a ser el mejor. Tengo que pensar si esto es amor o si es que aún me engaño. No sé por qué me gusta tanto un LP. Adivina por qué con la pared me he quedado con la esquina, y soy blanco y engancho como la cocaína. La rutina en mí empieza cuando con otros termina; párate y camina, escapa del abismo. Cae en él, al final estarás siempre donde mismo.
La provocación en mí es vocación como un canción de Enrique Iglesias junto a Bee Gee. Permíteme que te castigue con lo que sigue, y no digas nunca, que no has tenido ejemplo. Sí, imítame y triunfa, invítate y triunfa más bien. 41100 es tu alumno, no hay maestro, sólo convicción.
Somos como tú, pero haciendo ésto dos. Cabrones como nosotros es como hablar con Dios. No lo hago solo para sólo echar el rato, el mundo es un charco debajo de mis zapatos. ¿Qué está mal en mi interior? Demasiado rencor, y si antes no era bueno, sé que ahora soy peor. El día me desgasta,
siempre me falta la pasta. Es día a día, día a día.
Es día a día, día a día.
Vivo en un mundo donde es fácil triunfar en la vida, donde la moda y lo nuevo es un virus como el sida, vivir de oída. Tú decides, tú pides si ésto te impide tener ideas propias y no copias de algún líder. Todo ese mundo nuevo creo que te adormece,
me parece que a veces la realidad te estremece
al extremo de que pasan meses. No te das cuenta que la cuenta corriente no aumenta, hay que pagar la renta.
Hacéis del rap o lo que hagáis una basura; la cultura es la cura, pura la lectura, claro. Sólo procuras no acabar en el paro, cuando mi rap sea una locura y la cura sólo sea el descaro. Va a salirte caro día a día, espero la mía filosofía en la vía. Tranquila, ya no creo en profecías, porquería. Ya te enterarás lo que valemos, tenemos cerebros llenos para llenar tu compañía de cienos.
Yo sueno bueno, no hacemos demos de memos.
Tomado de AlbumCancionYLetra.com
Hemos de seguir e ir a más y nunca a menos, desde ese extremo de la cuerda vemos pasar los años, pero sigo haciendo mierda. Expreso el peso de la vida, y es por eso que te sientes como yo. Siendo tan diferentes, dar uno. No eres culpable, no eres responsable. Déjales que hablen, no ha roto nada estable, tío. La vida pasa y corre igual que el río de un estanque en un banco hablando a Franco. Me apalanco con los míos, jugando duro, planeando el futuro, haciéndote conjuros. Te lo juro, te lo aseguro, porque... ¡Puta, puta, cerda!