Idioma Origen:
¿Qué puedo decir? Entre y punto. Por soledad, por necesidad, por éstos dos sentimientos juntos. Algo más, compré tabaco y ya en la barra pedí de beber, para qué acercarse a una mujer pudiendo esperar a que venga sola. El dinero obró el milagro, te acercaste y me dijiste 'hola'. Eras distinta, sin tantos adornos, sin tacones de actríz porno. No eres de las que se pintan y se nota.
Pasaste a ser mi hobby, a las dos semanas me enseñabas la foto de tu hijo en el móvil. Contigo no era tan frío, los veinte minutos volaban, después los recordaba como algo muy mío. Venías del este, modelo y bailarina; nombre falso, adicta a la nicotina, sin papeles, sin derechos. El club es una cárcel de luz cutre. Una hora, dos condones, operada de los pechos.
No hay respeto, no es amor, no es pasión. No hay compasión por las víctimas del lado secreto. De la mayoría quién lo diría. La sangre más caliente es la sangre más fría.
No hay respeto, no es amor, no es pasión. No hay compasión por las víctimas del lado secreto. De la mayoría quién lo diría. La sangre más caliente es la sangre más fría.
Un día llegué, te busqué, pero no estabas tú.
Pregunté y me dijeron que habías cambiado de club.
No me dijeron a cual, pero tampoco insistí; encapricharme de tí sabía que era acabar mal.
Aquí, en el mundo real, los sentimientos no cuentan
si la mujer está en venta, así que esto era el final. Como una profesional, no preguntastes mi nombre. No hubiera sido sincero, pero eso ya me da igual.
Y la vida siguió tal como siguen las cosas que no tienen sentido. Joaquín Sabina cantó y se olvidó deprisa, porque no le temo al fuego, pero sí a las cenizas. Kase-O rapeó como llegó ella allí, nunca le hice esa pregunta, había dinero por medio. Sabía que no era felíz, aunque sonriera por sus ojos pura amargura, pero no me importaba mientras me la pusiera dura.
No hay respeto, no es amor, no es pasión. No hay compasión por las víctimas del lado secreto. De la mayoría quién lo diría. La sangre más caliente es la sangre más fría.
No hay respeto, no es amor, no es pasión. No hay compasión por las víctimas del lado secreto. De la mayoría quién lo diría. La sangre más caliente es la sangre más fría.
Sigo siendo aquel que con putas anda, no me planté. Si era cruel follarse a la ley de la oferta y la demanda, o usar una mujer si tengo dinero y ganas. No me creo bueno en la cama, y no busco dar placer. Eso sí, borrachos, patéticos, cobardes los que se escapan de sus novias, los que llegan tarde.
Los que dejan el taxi en la puerta, los que llegan antes de que esté abierta. Los que se despiertan en la barra, los tímidos que se vuelven intrépidos. Los amistosos, los que van ciegos.
Los herméticos, y muchos más, están todos.
Callados como putas, nunca mejor dicho, o hablando por los codos. También los solitarios como yo estamos, porque nos cogen de la mano, nos hablan en rumano. Por lo que sea, no busco pretexto, pero sólo un ingenio busca amor en los sitios como estos. Donde...
No hay respeto, no es amor, no es pasión. No hay compasión por las víctimas del lado secreto. De la mayoría quién lo diría. La sangre más caliente es la sangre más fría.
No hay respeto, no es amor, no es pasión. No hay compasión por las víctimas del lado secreto. De la mayoría quién lo diría. La sangre más caliente es la sangre más fría.
Idioma Destino:
¿Qué puedo decir? Entre y punto. Por soledad, por necesidad, por éstos dos sentimientos juntos. Algo más, compré tabaco y ya en la barra pedí de beber, para qué acercarse a una mujer pudiendo esperar a que venga sola. El dinero obró el milagro, te acercaste y me dijiste 'hola'. Eras distinta, sin tantos adornos, sin tacones de actríz porno. No eres de las que se pintan y se nota.
Pasaste a ser mi hobby, a las dos semanas me enseñabas la foto de tu hijo en el móvil. Contigo no era tan frío, los veinte minutos volaban, después los recordaba como algo muy mío. Venías del este, modelo y bailarina; nombre falso, adicta a la nicotina, sin papeles, sin derechos. El club es una cárcel de luz cutre. Una hora, dos condones, operada de los pechos.
No hay respeto, no es amor, no es pasión. No hay compasión por las víctimas del lado secreto. De la mayoría quién lo diría. La sangre más caliente es la sangre más fría.
No hay respeto, no es amor, no es pasión. No hay compasión por las víctimas del lado secreto. De la mayoría quién lo diría. La sangre más caliente es la sangre más fría.
Un día llegué, te busqué, pero no estabas tú.
Pregunté y me dijeron que habías cambiado de club.
No me dijeron a cual, pero tampoco insistí; encapricharme de tí sabía que era acabar mal.
Aquí, en el mundo real, los sentimientos no cuentan
si la mujer está en venta, así que esto era el final. Como una profesional, no preguntastes mi nombre. No hubiera sido sincero, pero eso ya me da igual.
Y la vida siguió tal como siguen las cosas que no tienen sentido. Joaquín Sabina cantó y se olvidó deprisa, porque no le temo al fuego, pero sí a las cenizas. Kase-O rapeó como llegó ella allí, nunca le hice esa pregunta, había dinero por medio. Sabía que no era felíz, aunque sonriera por sus ojos pura amargura, pero no me importaba mientras me la pusiera dura.
No hay respeto, no es amor, no es pasión. No hay compasión por las víctimas del lado secreto. De la mayoría quién lo diría. La sangre más caliente es la sangre más fría.
No hay respeto, no es amor, no es pasión. No hay compasión por las víctimas del lado secreto. De la mayoría quién lo diría. La sangre más caliente es la sangre más fría.
Sigo siendo aquel que con putas anda, no me planté. Si era cruel follarse a la ley de la oferta y la demanda, o usar una mujer si tengo dinero y ganas. No me creo bueno en la cama, y no busco dar placer. Eso sí, borrachos, patéticos, cobardes los que se escapan de sus novias, los que llegan tarde.
Los que dejan el taxi en la puerta, los que llegan antes de que esté abierta. Los que se despiertan en la barra, los tímidos que se vuelven intrépidos. Los amistosos, los que van ciegos.
Los herméticos, y muchos más, están todos.
Callados como putas, nunca mejor dicho, o hablando por los codos. También los solitarios como yo estamos, porque nos cogen de la mano, nos hablan en rumano. Por lo que sea, no busco pretexto, pero sólo un ingenio busca amor en los sitios como estos. Donde...
No hay respeto, no es amor, no es pasión. No hay compasión por las víctimas del lado secreto. De la mayoría quién lo diría. La sangre más caliente es la sangre más fría.
No hay respeto, no es amor, no es pasión. No hay compasión por las víctimas del lado secreto. De la mayoría quién lo diría. La sangre más caliente es la sangre más fría.