Idioma Origen:
El pecado tras la puerta de tu apartamento, lo he buscado sin querer desde el primer momento. Me has llamado, y estoy aquí, no he negado lo que siento por tí. Y entre los dos no hay más que esconder,
el amor pisa fuerte.
Dulce veneno va quemando mi piel, y soy culpable por rendirme a tus pies. Dime qué has hecho de mí, que así no puedo vivir, pues ahora soy esclavo bajo tu ley.
He salido sin saber si guardar el secreto,
no he podido desprender la imagen de tu cuerpo.
Y mañana estarás ahí, mi mirada no podrá desmentir
que ayer probamos la miel del amor lentamente.
Dulce veneno va quemando mi piel, y soy culpable por rendirme a tus pies. Dime qué has hecho de mí, que así no puedo vivir, pues ahora soy esclavo bajo tu ley.
Sí, debemos olvidarlo pero digo. Sí, cogerme a tu mano sin hablar. Empiezo a confesar que tus labios volveré a besar.
El pecado tras la puerta de tu apartamento, lo he buscado sin querer desde el primer momento. Me has llamado, y estoy aquí, no he negado lo que siento por tí. Y entre los dos no hay más que esconder,
el amor pisa fuerte.
Dulce veneno va quemando mi piel, y soy culpable por rendirme a tus pies. Dime qué has hecho de mí, que así no puedo vivir, pues ahora soy esclavo bajo tu ley.
Idioma Destino:
El pecado tras la puerta de tu apartamento, lo he buscado sin querer desde el primer momento. Me has llamado, y estoy aquí, no he negado lo que siento por tí. Y entre los dos no hay más que esconder,
el amor pisa fuerte.
Dulce veneno va quemando mi piel, y soy culpable por rendirme a tus pies. Dime qué has hecho de mí, que así no puedo vivir, pues ahora soy esclavo bajo tu ley.
He salido sin saber si guardar el secreto,
no he podido desprender la imagen de tu cuerpo.
Y mañana estarás ahí, mi mirada no podrá desmentir
que ayer probamos la miel del amor lentamente.
Dulce veneno va quemando mi piel, y soy culpable por rendirme a tus pies. Dime qué has hecho de mí, que así no puedo vivir, pues ahora soy esclavo bajo tu ley.
Sí, debemos olvidarlo pero digo. Sí, cogerme a tu mano sin hablar. Empiezo a confesar que tus labios volveré a besar.
El pecado tras la puerta de tu apartamento, lo he buscado sin querer desde el primer momento. Me has llamado, y estoy aquí, no he negado lo que siento por tí. Y entre los dos no hay más que esconder,
el amor pisa fuerte.
Dulce veneno va quemando mi piel, y soy culpable por rendirme a tus pies. Dime qué has hecho de mí, que así no puedo vivir, pues ahora soy esclavo bajo tu ley.