Idioma Origen:
Tiene la barba blanca
Seis deo en cada mano
Una mansión con un huerto
Y un racho lleno marranos
Y es nuestro abuelo Frederick
Con su perro el tacarnín
Te voy a contá la historia
De los canutos de perejil'
En la casa del abuelo se veían cosas muy extrañas
El insomnio de una araña y un papagayo potando ranas
A veces vamos al campo y lleva el bollerai
Aliñao con tacarnina hace dos canutos a la vez
Y ese viejo to las mañanas
Siembra perejiles debajito de su cama
Luego busca las tacarninas
En las paredes más profundas de las minas
El abuelo bebía copas
De zumo de toro sudado
Y comenzó la guerra
Entre los tomates y los nabos
Esto fue en su huerto
Que es incontrolable
Las sandías sueltan galgos
Y los espárragos pipas de tomate
Bombardeo dentro del huerto
Ya hasta los cochinos le perdieron el respeto
Tomatero, cara conejo
Que tienen los jipis y te ponen de cateto
Bombardeo dentro del huerto
Crecen los pimientos en las barbas del abuelo
Señor campero, garbanzo negro
Te roban las lechugas y te tratan como a un cuerdo
Idioma Destino:
Tiene la barba blanca
Seis deo en cada mano
Una mansión con un huerto
Y un racho lleno marranos
Y es nuestro abuelo Frederick
Con su perro el tacarnín
Te voy a contá la historia
De los canutos de perejil'
En la casa del abuelo se veían cosas muy extrañas
El insomnio de una araña y un papagayo potando ranas
A veces vamos al campo y lleva el bollerai
Aliñao con tacarnina hace dos canutos a la vez
Y ese viejo to las mañanas
Siembra perejiles debajito de su cama
Luego busca las tacarninas
En las paredes más profundas de las minas
El abuelo bebía copas
De zumo de toro sudado
Y comenzó la guerra
Entre los tomates y los nabos
Esto fue en su huerto
Que es incontrolable
Las sandías sueltan galgos
Y los espárragos pipas de tomate
Bombardeo dentro del huerto
Ya hasta los cochinos le perdieron el respeto
Tomatero, cara conejo
Que tienen los jipis y te ponen de cateto
Bombardeo dentro del huerto
Crecen los pimientos en las barbas del abuelo
Señor campero, garbanzo negro
Te roban las lechugas y te tratan como a un cuerdo